martes, 23 de abril de 2019

La historia del libro: después de la imprenta

La imprenta: un elemento crítico
A. Fernández Luzón asegura que “en Europa, durante muchos siglos no se conoció más forma de reproducción de textos que la copia manuscrita realizada por escribanos… También se generalizó entonces el uso del papel, elaborado con lino y cáñamo, mucho más barato y manejable que el pergamino.”


La solución a las limitaciones de la reproducción de libros surgiría aproximadamente en el año 1453 en la ciudad de Estrasburgo, Francia. Es ahí donde Johannes Gensfleich Gutenberg crearía la imprenta de tipos móviles (también llamada “de letras sueltas”). La imprenta es una técnica para imprimir textos en un papel por medio de procedimientos mecánicos. Estos procesos consistían principalmente en aplicar tinta sobre planchas o tipos para posteriormente aplicar en ella presión suficiente para transferirla al papel.

Métodos de impresión similares ya existían desde tiempo atrás. Lo que hizo sobresalir la imprenta de Gutenberg fue su sistema de letras sueltas, este permitía alterar el contenido de un mismo molde, pudiendo utilizarse para la impresión de diferentes textos. A diferencia de otros métodos más antiguos que utilizaban bloques de madera en los que los textos se grababan cada uno a mano y cuyo contenido era completamente estático. Es gracias a esta revolución de los métodos de impresión que los libros pueden comenzar a clasificarse como medios de comunicación de masas, al comenzar a dirigirse de manera general a muchos destinatarios anónimos.


Los incunables

Los libros producidos en el periodo de tiempo entre la invención de la imprenta de Gutenberg y el año 1480 fueron denominados “incunables”, un término que hace referencia a que, durante ese periodo, la técnica de hacer libros con la imprenta se encotraba en su infancia. Popularmente se cree que el primer libro impreso por Gutenberg fue la Biblia, aunque, en realidad, ya había reproducido previamente otra obra católica llamada “Misal de constanza”. En dicho libro se incluían los textos utilizados para la celebración de la misa, pero tuvo una tirada más limitada y por eso no atrajo demasiada atención.


El libro y sus cambios a lo largo de los siglos

Siglos XIV-XVI

Tres siglos después de la invención de la imprenta, la sociedad había sufrido muchos cambios, pero los libros permanecían muy similares a cómo eran en sus inicios. No obstante, poco a poco comenzaron a incluirse en ellos elementos que no estaban presentes en los incunables o que los diferenciaban de ellos. Entre algunos de estos están:

- Formatos más pequeños

- Decoración renacentista

- El uso de la portada (Ausente en muchos de los incunables)

- Preferencia por la letra romana en lugar de la gótica

Durante el periodo renacentista (Siglos XV –XVI) las bibliotecas incrementaron su actividad y se pusieron a disposición del público general. Así, el libro comenzó a considerar un instrumento ideal para fomentar la cultura y transmitir nuevas ideas.


Siglos XIX-XX

La revolución industrial trajo consigo un impacto súbito en todos los campos de la sociedad. La producción de libros, por supuesto, no fue la excepción. El desarrollo de procesos de producción más rápidos y mecanizados sustituyeron prácticamente en su totalidad a los métodos artesanales que se habían venido utilizando desde tiempos antiguos. Esto, por otro lado, les permitió a los libros tener un alcance mucho más amplio que antes.

La generalización de la educación para la población y el surgimiento del periodismo despertaron un mayor interés en la lectura en todos los grupos de la sociedad. Debido a estos surgieron diferentes métodos de comercialización y distribución como los clubes de libro, la venta por correo y los libros de bolsillo.


Siglo XXI y más allá 

Con el auge de la globalización y el internet el libro ha ido adoptando una nueva faceta que adopta las ventajas de las herramientas de difusión modernas. Los llamados libros electrónicos o “e-books” pueden visualizarse en una variedad de dispositivos digitales tales como: computadoras, tabletas, teléfonos inteligentes, etc. Estos son, a grandes rasgos, copias digitalizadas de libros publicados también en el clásico formato de papel.

Puede decirse que en la actualidad se está viviendo un proceso de transición, en la cual gran parte de los libros en formato digital son copias exactas de sus contrapartes físicas y ambos formatos conviven, quedando a discreción de la persona cuál de ellos prefiere. Sin embargo, tomando en cuenta los rápidos cambios y avances en la tecnología, puede que dentro de algunos años los libros electrónicos comiencen a adaptar características propias que solo son posibles debido a su naturaleza digital. Así, como ya sucedió en su momento con el paso de libros transcritos a mano a libros impresos mediante procesos mecánicos.

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