lunes, 22 de abril de 2019

La historia de la radio

Origen

Hacia 1865 James Clerk Maxwell había escrito a modo de afirmación teórica: Es posible generar ondas electromagnéticas que se propaguen a la velocidad de la luz.

Dos décadas después de James Clerk, Heinrich Rudolf Hertz demostraba que era posible la radiación utilizando una corriente alterna de alto voltaje que generaba chispas entre dos bolas de metal: las chispas producían una radiación electromagnética que se detectaba mediante un aro con una abertura.

Heinrich R. Hertz llevó a cabo en 1886 las primeras transmisiones por radio. Al principio, poca cosa: enviar a unos cuantos metros una transferencia de energía en forma de chispa, ése fue el primer mensaje.

Nada hacía pensar entonces en la trascendencia de lo que acababa de suceder, por lo que el transmisor fue arrinconado en un laboratorio universitario alemán.

En 1894 una serie de investigadores se interesaron por los experimentos de las ondas hertzianas: el inglés Oliver Lodge y el ruso Alexander S.Popov, que el 24 de marzo de 1896 había transmitido por radio en Morse las primeras palabras. 

¿Quién inventó la radio? 


El inventor de la radio fue Guillermo Marconi en el año 1896. Este ingeniero eléctrico nacido en Italia, sería el primero en encontrar a las teorías de Hertz una aplicación práctica: la radio. Por este motivo se considera a Marconi el inventor de la radio.

Lo primero que pensó Marconi es aplicar la radio a las transmisiones marítimas, y en 1897 envió a treinta kilómetros de distancia una señal que fue recibida por un remolcador. Pocos años más tarde muchos buques navegaban equipados con el transmisor inalámbrico de Marconi, que era de hecho una radio, aunque el mensaje fuera codificado en Morse. 


La primera emisión radiofónica 

La primera emisión radiofónica para el gran público tuvo lugar la Nochebuena de 1906 por el profesor Reginald Aubrey Fessenden. Se realizó mediante una antena de 128 metros de altura que tenía instalada la compañía americana National Electric Signaling. Era una felicitación de Navidad con música de Haendel. Aunque este hecho pasó prácticamente inadvertido.

Hubo que esperar a un invento ideado por el físico norteamericano Lee De Forest, el triodo, al que llamó Audion, que permitía que música y palabras pudieran ser transmitidas con facilidad y cierta fidelidad.

El triodo posibilitó la transmisión, recepción y amplificación, tres conceptos básicos de una misma idea: la radio-comunicación. El triodo fue el rey indiscutido en la transmisión hasta 1950, cuando los transmisores empezaron a ser equipados con el milagro electrónico del momento: el transistor.

Las primeras radios

Incluso los primeros altavoces no fueron sino auriculares conectados a un megáfono. Sólo cuando todo estaba bien conectado y dispuesto y los elementos permanecían inmóviles, se podía escuchar algo.

Mediada la década dorada y pionera de la radio de 1920 a 1930, los norteamericanos Chester W. Rice y Edward Washburn Kellogg inventaron un altavoz nuevo de bobina móvil que resolvió muchos problemas.

Los medios de audición eran varios, aunque la recepción mediante auriculares dificultaba y entorpecía el placer de escuchar a Nellie Melba en sus recitales de radio en junio de 1922.

Era preciso tener mucho interés para disponerse a escuchar ópera por radio con el sistema estereofónico de Clément Ader, pero eran los nuevos tiempos los que asomaban sus narices y allá va el hombre donde van la novedad y la moda.

La primera radio galena


En 1910 las investigaciones de los norteamericanos Henry H.C. Dunwoody y Greenleaf Whittier Pickard desembocaron en el invento de la radio de galena, primer aparato de radio de la Historia.

La galena, cristal de sulfuro de plomo, asociado con otros elementos simples hizo posible que muchos aficionados pudieran construir sus propios aparatos de radio.

Todavía no era posible cambiar el dial porque el primer receptor con cambio de frecuencia, el superheterodino, fue idea del judío francés Lucien Lévy, que en 1917 consiguió que con sólo girar un botón se pudieran buscar las distintas emisoras de radio, a la sazón muy escasas.

Se facilitaba asimismo el ajuste de la audición. La radio era todavía cosa de unos cuantos locos solitarios, en parte porque no resultaba posible transportarla de un lugar a otro, lo que sí se pudo hacer en 1922 con el invento del operadio, del norteamericano John M. Stone.

Era la primera radio portátil de la historia…, pero claro, era necesario ser fuerte y rico ya que pesaba diez kilos y costaba ciento ochenta dólares. 


La primera radio de transistores 

Uno de los hallazgos más importantes en esta historia tuvo lugar en 1948: tres ingenieros americanos de la compañía Bell publicaron sus trabajos sobre el transistor. Sus nombres, todos ellos premios Nobel de Física de 1956, son: John Bardeen, Walter Brattain y William Shockley.

Aquellos hombres iban a revolucionar el mundo de la radio y de la electrónica. En 1955 aparecieron los primeros “transistores”, aparatos minúsculos que substituyen a las lámparas de radio permitiendo miniaturizar los receptores. 


Las primeras radios para automóvil 


Aquel mismo año (1922) se aplicó la radio al automóvil, ocurrencia de un muchacho de Filadelfia, que ni corto ni perezoso instaló una radio en su Ford T, modelo de 1922.

En 1927 aquellas radios para automóvil fueron producidas y publicitadas con el nombre de Philco Transitone por una compañía de baterías.

A partir de esta fecha, tras una gran acogida, varias empresas norteamericanas comenzaron a trabajar duramente en la fabricación y distribución de aparatos de radio para vehículos cada vez más efectivos. 


Las primeras estaciones de radio 

Hasta 1921 no aparecieron las primeras estaciones de radio. En esa década poseer un receptor era una proeza: la recepción era pobre y débil, y tenían tan poca sensibilidad que era necesario instalar en el jardín una antena diez metros por encima del suelo, que tenía el aspecto de un alambre para colgar la colada.

En realidad, la antena ya había sido inventada en 1895 por el ruso Alexander Stepánovich Popov, a quien sus compatriotas tienen por el inventor de la radio, aunque la escasa potencia sólo permitía la escucha mediante auriculares.

Por primera vez en la historia, la gran parte de la población podía estar informada en tiempo real. Actualmente, un aparato de radio casi no ocupa espacio gracias a los avances electrónicos, pero no siempre ha sido así. Por ejemplo, la primera radio portátil pesaba 10 kilogramos.

La radio hoy en día
 
En la actualidad la radio es mucho más avanzada que en sus inicios, ya no se limita a transmisiones de onda, sino que muchas estaciones están disponibles a través de internet. Un radiorreceptor dedicado tampoco es indispensable hoy en día, muchos teléfonos inteligentes ya pueden captar estaciones de radio como función ya añadida de fábrica. Si bien la radio ya no es tan prominente como solía ser debido a la competencia con otros medios como la televisión, eso no significa que no tenga un lugar importante y una influencia considerable en la sociedad moderna.

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