En el mundo moderno, las personas viven rodeadas de tecnología y medios de comunicación masiva. Gran parte de la población no se da cuenta de esto porque esos medios se han integrado tan profundamente a la sociedad que solo son vistos como un aspecto más de la vida cotidiana. Sin embargo, basta con detenerse un momento a pensar en lo mucho que ha evolucionado el panorama de los medios de comunicación tan solo en los últimos 30 años, para darse cuenta que en la actualidad se vive una época dorada de la comunicación e información.
Nunca antes había sido tan fácil para una persona comunicarse y enterarse de lo que está pasando en cualquier lugar. En tiempos remotos, sucesos y noticias podían tardar incluso años en conocerse por el mundo, y eso sin tomar en cuenta lo poco fiable que podía ser la información para ese momento. Esa espera de años se convirtió en meses, semanas, días, horas y ahora, gracias a la tecnología, incluso se pueden seguir los acontecimientos en tiempo real, aunque estén sucediendo al otro lado del mundo.
La normalización de los medios de comunicación masiva hace que sea importante aprender sobre ellos, conocer cómo funcionan y qué funciones cumplen dentro de la sociedad. No se puede vivir aislado de la influencia de la comunicación masiva. Aun así, no se debe olvidar que las masas están compuestas de individuos y que esos medios de comunicación fueron creados para reducir la ignorancia, no para expandirla. Es por esto, que a continuación se presentarán puntos cruciales de cómo los medios de comunicación han llegado a lo que son hoy y que elementos principales los definen.
En primer lugar, es necesario definir qué es la comunicación masiva (o de masas, como también suele llamársele). Según lo define Yerixa Arosemena, colaboradora del Ministerio de Educación de Panamá, esta se define como: “la interacción entre un emisor único (o comunicador) y un receptor masivo (o audiencia), un grupo numeroso de personas que cumpla simultáneamente con tres condiciones: ser grande, ser heterogéneo y ser anónimo“.
Los llamados medios de comunicación masiva, son aquellos instrumentos que permiten la transmisión de mensajes a las masas, pero no son el acto comunicativo en sí mismos. Estos son, en su mayor parte, medios de carácter tecnológico y permiten enviar la información a través de grandes distancias en un tiempo mínimo. No se dirigen a un receptor individual sino a un receptor “colectivo”.
Características
Debido a que se dirigen a un público amplio el receptor se convierte en “receptor colectivo”, es decir, las personas actúan como una masa única en la cual desaparece la individualidad de cada una. Ejemplo: los programas de televisión, especialmente los noticieros, se dirigen a la población de manera general.
La transmisión del mensaje es unidireccional. Los receptores no tienen la opción de responder a la información que se les transmite de manera directa, por lo tanto, no hay retroalimentación como la que se da en la comunicación interpersonal. Ejemplo: no se puede "responder" a las noticias de un periódico.
Tienen un alcance demográfico extenso. Cualquier persona puede recibir los mensajes enviados por los medios de comunicación masiva, sin tener ningún impacto su clase social, religión, profesión, raza o edad. Ejemplo: los sitios de internet dan libre acceso a cualquier usuario.
Funciones
Informar: estrictamente hablando, todo lo que se transmite en los medios de comunicación es información, si bien sobre temas y asuntos diferentes. Gracias a su amplio alcance los medios de comunicación masivos permiten que una gran cantidad de personas puedan conocer, incluso en tiempo real, los hechos que suceden en su entorno inmediato y en el mundo. Algunos ejemplos de esto son: reportajes en vivo, noticieros, periódicos, etc.
Educar: desde que la educación dejó de ser un privilegio y se convirtió en una necesidad, los medios se han visto destinados a brindarle su apoyo. Los medios de comunicación masiva permiten la transmisión de la cultura (corrientes de pensamiento, arte, ideologías…) a gran parte de la población, permitiéndole a las personas el conocer sobre sus raíces, historia, valores y demás aspecto relacionados. Por ejemplo: documentales, programas educativos, shows culturales propios de cada país.
Entretener: los medios de comunicación masiva se han convertido para muchos en una forma de escape de los problemas de la vida diaria. Les permiten relajarse a aquellos que solo buscan pasar un rato agradable y descansar. Ejemplo: películas, series, videos de internet, reality shows, programas de concursos, entre otros.
Formar una opinión: se pone al alcance de la población una vasta cantidad de información que les permite formar su propia opinión sobre algún acontecimiento o tema específico, decidiendo cada uno cuales elementos concuerdan con sus valores y principios y cuáles no. Dicho de otra forma, se presentan hechos y realidades objetivas que luego son interpretados por cada individuo.
Los seres humanos, desde sus inicios, han sido seres sociales. Los primeros hombres no tenían la fuerza de grandes bestias, ni tampoco eran tan rápidos o poseían grandes garras para atrapar a sus presas. Su habilidad de supervivencia provenía de su capacidad de actuar en grupo. Es así como eran capaces de cazar animales tan grandes como los mamuts y usarlos para obtener sustento. Sin embargo, para que ese tipo de cooperación funcionase se necesitó un elemento fundamental: la comunicación.
Los seres humanos primitivos no se comunicaban utilizando un lenguaje articulado como el que utilizamos hoy en día, de hecho, ni siquiera utilizaban palabras como tal. En su lugar, estos se valían de expresiones fáciles, gestos e interjecciones (las cuales el diccionario de la RAE define como “clase de palabras invariables, con cuyos elementos se forman enunciados exclamativos, que manifiestan impresiones, verbalizan sentimientos…”
El uso de esos elementos evolucionaría con el paso del tiempo hasta llegar a formar un habla articulada, aunque esta no iba acompañada del sistema de escritura que utilizamos actualmente. Las llamadas pinturas rupestres constituyeron el primer sistema de “escritura” primitivo. Su nivel de complejidad no era muy alto, su función en un inicio era meramente representativa (por ejemplo: un caballo se representaba directamente con un dibujo de un caballo). Este sistema era bastante directo y, por lo mismo, muy limitado, ya que no podía transmitir mensajes complejos más allá de simples sustantivos o acciones comunes.
Las tribus y los pueblos se volvieron más sedentarios a medida que avanzaban las técnicas de agricultura y se dejaba atrás la fase de tribus de cazadores nómadas. Con el desarrollo de una sociedad sedentaria la necesidad de registrar información crecía y la escritura evolucionaba para adecuarse a ello. El sistema de escritura se volvía cada vez más abstracto, siendo uno de los ejemplos más populares el sistema de jefoglíficos usado por los egipcios. Es de está misma cultura de donde surgiría el alfabeto fenicio, el cual fue el primer alfabeto formal que surgió alrededor del año 2000 a. C.
La civilización egipcia también daría origen al papiro, una lámina flexible sobre la cual se podía escribir o dibujar y que es, además, uno de los precursores del papel. El papiro debe su nombre a la planta de la que se produce, la cual, según lo afirman Julián Pérez y Ana Gardey, es una planta que crece en la zona del río Nilo en Egipto que posee hojas largas y estrechas junto con cañas de más de dos metros de altura.
(FUENTE:https://definicion.de/papiro/)
A continuación se presenta un video muy breve sobre el proceso de elaboración del papiro
El papiro y el pergamino
Con
la caída de la antigua cultura egipcia, el papiro perdió terreno frente
al pergamino. Ya para el siglo XI, quedó en desuso y hoy en día sólo se
conservan los antiguos papiros por su valor histórico y cultural.
El
uso del papiro fue prolifero, pero el colapso de la civilización
egipcia y el que Egipto posteriormente se convirtiera en una provincia
del imperio romano hizo que lentamente perdiera terreno ante los
pergaminos. Estos eran producidos de piel de animales como el cordero,
lo que los hacía más complicados de fabricar, pero también les daba
mayor resistencia y calidad.
La producción de material
para escribir siguió un largo camino hasta que una invención hizo que
la demanda del papel y su producción incrementaran dramáticamente: La
imprenta.
En lo que concierne a los medios no
impresos, la comunicación masiva era prácticamente inexistente antes de
la revolución industrial y todos los avances tecnológicos que surgieron
desde la misma. A pesar de esto, su evolución también ha sido muy
acelerada en un periodo mucho más corto de tiempo.
La
forma de transmitir mensajes a tierras lejanas era por medio de los
heraldos, quienes llevaban noticias a tierras lejanas bajo las ordenes
de algún gobernante. Además de los juglares, que mezclaban sus
habilidades artísticas de canto y composición poética con noticias e
historias reales y las difundían a todos los lugares donde viajasen.
Ese
sistema (especialmente en lo que concierne a los juglares) era lejos de
ideal para transmitir información acertada, puesto que detalles se
perdían o agregaban en función de los intereses de aquel que transmitía
la información.
A un nivel de comunicación más local ,
pero aún así orientado a gran cantidad de receptores, se podían encontrar
las ágoras. Estas eran plazas públicas de las ciudades que, gracias a
su alto nivel de concurrencia, resultaban ideales para anuncios que eran
de interés para la población general.
La invención que iniciaría a la era de transformación de los medios de comunicación que resultaría en todos los medios y formas de comunicarse que se poseen actualmente sería la imprenta.
Un libro, de acuerdo con el diccionario de la Real Academia Española, se identifica como: "un conjunto de muchas hojas de papel u otro material semejante que, encuadernadas, forman un volumen".
Los libros como los conocemos actualmente, son el resultado de un largo proceso de avances tecnológicos que ha abarcado siglos y siglos. Todo con el fin de encontrar un medio adecuado para la difusión y conservación de la información y conocimiento de manera escrita, permitiendo así su uso por generaciones presentes y futuras
Característicasde los libros
-Deben estar conformados por al menos 50 hojas sin contar la cubierta, de lo contrario se consideran folios o folletos.
-Son editados previos a su publicación y difusión.
-Son hechos para ponerse a disposición del público.
-Sus páginas presentan algún tipo de contenido, habitualmente texto.
-Se estructuran en al menos dos niveles (capítulos y subcapítulos) que aparecen en una tabla de contenidos en las páginas iniciales del libro para facilitar al lector la consulta rápida de una información determinada.
Funciones
La función que cumple un libro depende del tipo de contenido que presenta:
-Los libros de texto qué son comunes en las escuelas presentan contenidos didácticos varios y tienen como objetivo transmitir ese conocimiento al lector, por lo tanto, cumplen una función educativa.
-Los libros que le presentan al lector historias o relatos, ya sean de carácter real o ficticio, cumplen la función de entretener. Estos libros presentan una cantidad de géneros muy variada puesto que buscan satisfacer los gustos de los lectores, es por eso que encontramos libros con historias de romance, terror, ciencia ficción,
-Los libros especializados escritos por personas con un nivel de formación alto en un área determinada del saber cumplen una función de expansión del conocimiento.
-Los libros de historia y similares cumplen una función de registro y conservación del saber.
A continuación se presenta un video corto sobre los libros y su historia.
Los
primeros equivalentes a un libro en la antigüedad eran radicalmente
diferentes a la imagen que se posee de ellos hoy en día. Mucho antes de
la invención del papiro de parte de los egipcios (la cual fue una piedra
clave en el desarrollo de la forma del libro moderno) otras culturas
antiguas utilizaban para escribir materiales como la piedra, la arcilla,
la madera, cerámica, entre muchos otros. Debido a la naturaleza de los
mismos la compilación de escritos extensos no era práctica, por lo que
lo textos eran usualmente muy breves y anónimos.
Estos
problemas se vieron reducidos con la llegada de los pergaminos, los
cuales eran mucho más resistentes y manejables. Además, ayudaban a
lidiar con las limitaciones de espacio puesto que podían hacerse más
extensos si se necesitaba, esta forma era mucho más efectiva que con
otros materiales menos flexibles como la roca y la madera.
La transición al códice
Con
el paso del tiempo, los pergaminos también dejaron de considerarse
suficientemente buenos como para satisfacer las necesidades de las
personas. Si bien eran mucho más eficientes que trabajar con roca o
arcilla, también presentaban sus propios inconvenientes. El hecho de
tener que ser enrollados y desenrollados a medida que se iban leyendo
resultaba poco práctico, empeorando en textos de extensión considerable.
El
formato usado en los pergaminos fue reemplazado por el códice, el cual
es el formato usado por los libros modernos. Los rollos de los
pergaminos pasaron a ser cosa del pasado y se comenzó a usar el formato
rectangular de hojas de papel cosidas que se asocia con los libros hoy
por hoy.
Ese
cambio trajo consigo muchos nuevos beneficios que ahora son un estándar
que se espera de cualquier libro moderno. Por ejemplo, el formato de
códice permitía dirigirse directamente a un punto específico del texto,
cosa que no era posible con los pergaminos por su forma de rollo.
Además, el formato de códice era ideal para ponerse sobre una mesa,
brindando mayor comodidad a la persona para leer un libro y tomar notas
al mismo tiempo. Con el tiempo este se fue perfeccionando añadiendo
elementos como los índices, que facilitaban incluso más la consulta
rápida y directa de la información pertinente de un texto.
Durante
la mayor parte de la edad media, las copias de un libro se hacían
transcribiendo a mano todos sus contenidos. Lo que resultaba una labor
larga y ardua. Había personas que se ganaban la vida dedicándose a
hacer copias de libros por encargo de eruditos y miembros de la clase
alta de la sociedad de la época. Debido a lo difícil que resultaba
reproducir un libro, estos eran guardados recelosamente en bibliotecas
privadas de nobles o custodiados por monjes en las bibliotecas de los
templos.
La
autora del libro “Fundamentos de la comunicación”, Dionne Santos García,
señala que “la posesión de los libros continuó siendo un asunto elitista
en muchos sentidos, pues los coleccionistas, personajes con prestigio y
medios económicos para hacerse de costosos volúmenes, además de ser
amantes de la lectura, también veían en sus preciados bienes un signo de
prestigio y no sólo un acervo informativo”.
Los
libros eran símbolo de poder y fortuna por lo cual se mantenían fuera
del alcance de la población de clase baja. El conocimiento y la
educación no era un derecho, sino un privilegio reservado para unos
pocos.